Una experiencia de teambuilding en Madrid que mezcla arte, vino y equipo sin parecer lo de siempre
Después de tantos cafés, reuniones y pantallas, llega un momento en el que el equipo necesita un respiro. Pero no uno de esos con sillas en círculo y dinámicas forzadas. Hablamos de un respiro real: desconectar, hacer algo distinto, reírse, improvisar y, de paso, salir con una pequeña obra de arte bajo el brazo. Literalmente.
Pintar con vino en Madrid se ha convertido en uno de los planes preferidos por empresas que buscan algo más que un afterwork. Y en Xpresarte lo vemos cada semana: grupos que llegan con cara de “a ver qué es esto” y se van con las manos manchadas, la copa vacía y el cuadro terminado.
No es una clase. No es un teambuilding disfrazado. Es una experiencia que funciona porque no lo parece.
Un plan distinto para equipos que necesitan algo más
Hay planes que se repiten. Cenas de empresa, copas en terrazas, las típicas actividades “de grupo” que a veces acaban separando más que uniendo. Por eso cada vez más empresas en Madrid buscan alternativas reales, donde el equipo se relaje sin perder el sentido de estar juntos.
Pintar con vino funciona porque nadie está en su zona de confort. Nadie es el jefe, ni el nuevo, ni el que presenta siempre. Aquí todos tienen un lienzo en blanco, una copa en la mano, y un reto: dejarse llevar. Y lo mejor es que lo hacen. Se sueltan, se ríen, y muchas veces se sorprenden a sí mismos.
Este tipo de experiencias no solo sirven para pasar el rato. Son una forma distinta de conocerse, de trabajar la creatividad, la escucha y la improvisación. Y sí, también de reírse mucho con lo que va saliendo.
¿Y si tus compañeros se convierten en artistas por un día?
La propuesta es simple, pero tiene su truco: en menos de tres horas, cada persona del equipo pinta su propio cuadro, con copa en mano y sin presión. El ambiente no es de clase, ni de curso. Es de taller relajado, con buena música y sin correcciones.
Y no hay que preocuparse por el resultado. Lo importante no es si el cuadro queda “bonito”, sino todo lo que pasa mientras se pinta. Lo que uno dice sin querer, cómo ayuda el otro, las risas por el trazo torcido, y ese momento en el que todos se quedan en silencio porque, sin darse cuenta, están metidos en lo suyo.
Así es una sesión de vino y pintura en Xpresarte
– Sin experiencia previa (ni miedo al pincel)
Nadie necesita saber pintar. Lo decimos al principio y lo repetimos durante toda la sesión. Todo está preparado para que incluso quien no haya cogido un pincel desde el colegio pueda salir con algo de lo que sentirse orgulloso.
– Vino, risas y cuadros que sorprenden
La copa ayuda, claro. No solo porque relaja, sino porque convierte la experiencia en algo más social. Hay quien prefiere vino, otros cerveza, refrescos… Lo importante es que el ambiente invita a soltarse. Las conversaciones fluyen entre pinceles, y los cuadros, aunque diferentes, siempre tienen algo de la persona que los pinta.
– Lo organizamos donde lo necesitéis
Muchas empresas prefieren venir a nuestro estudio, pero también llevamos la experiencia a oficinas, hoteles o cualquier otro espacio. Lo adaptamos todo: materiales, tiempos, música, formato. Si hay sitio para colocar los lienzos, hay sitio para pintar. Y si necesitas más detalles, aquí puedes ver nuestras sesiones especiales.
¿Qué empresas ya lo han probado?
No es una idea teórica. Esta experiencia ya ha pasado por equipos reales, con resultados que van mucho más allá del lienzo.
Desde startups que buscan desconectar, hasta grandes compañías que quieren dar un giro a sus encuentros de equipo. Algunas de las empresas que han confiado en nosotros han compartido cómo la experiencia ha servido para romper barreras, conectar departamentos que apenas se hablaban o simplemente vivir una tarde distinta que todavía recuerdan.
Puedes ver quiénes ya han pintado con nosotros en este enlace a nuestros eventos para empresas. Ahí verás que no hablamos por hablar.
El arte como herramienta de cohesión
Cuando todos parten del mismo punto, un lienzo blanco y una copa, las jerarquías se difuminan. Surgen bromas, ayudas, comparaciones sanas… Todo eso genera un tipo de conexión que no se consigue en una sala de reuniones. Y sí, se nota después, cuando vuelven a la oficina.
Los cuadros se los llevan a casa o incluso acaban enmarcados en la oficina. Pero más allá del resultado, lo que queda es el rato compartido. Porque pintar juntos es también escucharse, observarse y reírse en grupo. Y eso, sinceramente, no se consigue con una charla motivacional.
Descubre nuestras sesiones especiales
Si estás pensando en organizar una actividad diferente con tu equipo, esta es una opción que no se parece a ninguna. Porque aquí nadie tiene que ser artista, ni competir, ni demostrar nada. Solo dejarse llevar y disfrutar.
En Xpresarte te ayudamos a organizarlo todo. Puedes elegir el tipo de cuadro, el horario, el espacio, la música, la bebida… y si quieres personalizar aún más la sesión, hablamos y lo adaptamos. Ya lo hemos hecho con muchas empresas, y si quieres ver un ejemplo real, aquí tienes uno que lo resume muy bien: Vino y arte en una experiencia original de team building.
Porque sí, pintar con vino en Madrid es una idea estupenda. Pero cuando lo haces con tu equipo, con buena compañía y en el lugar adecuado, puede convertirse en una experiencia que el grupo no olvida.